martes, 22 de octubre de 2013

"El chico perfecto no sabe bailar el twist", de Bea Magaña

"Segovia, año 96. Tres años después de haber terminado el instituto, Carla y Caterina se niegan a dejar morir su amistad, a pesar de que parece que ya no tienen nada en común." Así comienza la sinopsis de la novela corta "El chico perfecto no sabe bailar el twist", que Bea Magaña autopublicó en Amazon el pasado mes de septiembre. Conozco a la autora y su interés por la literatura fantástica (véase su blog "Historias de Thèramon", donde desarrolla su particular mundo de ficción, o su página de autora, "Voy a ser leyenda"), pero debo confesar el género que ha elegido para su primera obra publicada en Amazon me ha sorprendido.


     Desde fuera, y guiándonos solamente por la sinopsis, "El chico perfecto..." puede parecer una historia romántica más. Dos chicas, amigas pero muy diferentes entre sí, en busca de su príncipe azul en una ciudad de provincias de los años noventa. No es el argumento que más me atraiga para empezar a leer un libro, lo reconozco. Pero conocía algunos textos de Thèramon y la propia Bea había participado generosamente en la corrección de mi novela "No todos moriréis". Así que de antemano estaba seguro de que no se iba a tratar de una novelilla adolescente sin más trascendencia. Bea se toma muy en serio el proceso de escritura, y me intrigó enormemente el hecho de que no se tratase de la esperada novela fantástica (atentos, amantes del género,  a esta autora que se mueve como pez en el agua dentro del mundo de la fantasía épica).

 En la clasificación de Amazon, "El chico perfecto..." aparece dentro de la literatura infantil y juvenil; algo que, a mi juicio, no le hace en absoluto justicia al contenido del libro. En primer lugar, porque Bea comienza asumiendo riesgos: escrito en tiempo presente y en tercera persona,  con un argumento mil veces trillado y además autopublicado en digital. El más difícil todavía. Pero la autora sale muy airosa del desafío:  "El chico perfecto no sabe bailar el twist" es una novela con unos personajes entrañables, una historia cotidiana y creíble y un ritmo adecuado a lo que se quiere contar.  Narrada, además, con un lenguaje ágil donde se dan la mano, en sus justas dosis, lo literario y lo coloquial.

   Sin darte cuenta, te vas dejando llevar por los avatares amistoso-amorosos de Carla, Fran, Cat y Javi, y sus idas y venidas por las calles y los locales de una ciudad, Segovia,  y un año, 1996, que ejercen de trasfondo espaciotemporal de la narración. Una historia, por otra parte, asombrosamente sencilla, de amor y de amistad, de envidias y celos, de sucesivos cruces de ilusión y realidad. Unos diálogos fluidos y una prosa de calidad son la principal carta de presentación de esta novela, que recomiendo a todo quien quiera disfrutar de un buen libro y de paso revivir unos años y unas emociones que quizá creíamos abandonados para siempre.

 Resulta difícil encontrarle algún pero a la novela. Quizá, a mi modo de ver, alguna escena (como por ejemplo el accidente de Fran) puede resultar demasiado escueta, mientras que la enumeración de los distintos locales y bares de Segovia se me antoja algo superflua. Lo cual no son más que detalles sin importancia en un conjunto brillante, que ha merecido, hasta el momento, diez comentarios de cinco estrellas en Amazon, y dos de cuatro. También, para los amantes del papel, existe una versión en tapa blanda. Rocanrol.

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