domingo, 3 de febrero de 2013

"El Parque de los Inocentes", de José Antonio Carbonell Pla


     El Parque de los Inocentes debe su nombre a un accidente en una fábrica de pólvora que lo convirtió en un lugar maldito. Este lugar, que da título a la novela, es también, a su modo, uno de los protagonistas. (Por cierto que, cuando yo estudiaba COU en Murcia, mi habitación daba precisamente al parque de la Fábrica de la Pólvora, por lo que no me fue difícil situarme en la Medoria imaginaria del autor). La historia está narrada en primera persona por Alberto Candau, un joven traumatólogo casado con la hija de don Dionisio Guardiola, prohombre y notable político de la ciudad.

   El texto comienza con el entierro de don Dionisio y la mudanza de Alberto y su esposa, Caty, a la mansión familiar, situada en las cercanías del parque. La casa fue el escenario, años atrás, de un crimen sin resolver (el de la esposa de don Dionisio y su criada cubana) cuya investigación acaba de reabrirse. 

  Con este punto de partida, José Antonio Carbonell ha construido una novela impresionante, donde se junta la viveza de la narración en primera persona, un lenguaje cuidado y evocador, y un ritmo perfecto que no da descanso al lector. Se trata de un historia donde el pasado amenaza constantemente la frágil estabilidad del presente, donde los secretos y las mentiras tienen su contrapunto en la ironía socarrona de un filósofo retirado al que Alberto visita con cierta frecuencia. En suma, todos los elementos para hacer de esta obra un auténtico best-seller; a mí particularmente me ha recordado a las novelas de la autora sueca Camilla Läckberg, mucho mejor escrita y con un acento más marcado en los sentimientos y en las relaciones entre los personajes. Una obra que recomiendo a todo aquel que quiera disfrutar de muchas páginas de buena literatura por la mitad de lo que cuesta un café. 

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